Alfa Romero Junior: la culminación de la tradición de la marca en los compactos
Los segmentos “compactos” y sus distintas subcategorías serían muy diferentes sin las innovaciones y el ADN deportivo que ha ido aportando Alfa Romeo a lo largo de sus 115 años de existencia. El “Biscione” ha ayudado a definir las características y las prestaciones de estos automóviles sumando su elegancia italiana y el dinamismo que siempre la ha caracterizado.

Enfocada en la competición automovilística desde sus inicios, la firma italiana no dudó en ofrecer versiones en tamaño reducido de sus primeros modelos, si eso permitía acercarse a la victoria al reducir peso o ganar en maniobrabilidad. Siguiendo esta estrategia la entonces Fábrica Lombarda de Automóviles (ALFA) lanzó propuestas como los modelos 12 HP o 15 HP, derivado de este último, en los primeros años de la década de 1910.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Alfa Romeo puso el desarrollo de modelos compactos como uno de sus ejes prioritarios. Como parte del Istituto per la Ricostruzione Industriale (IRI), un holding público, la marca se marcó como objetivo contribuir a la motorización de la sociedad italiana, sin perder de vista sus señas de identidad deportivas.
De esta estrategia surgió el Alfa Romeo Giulietta en 1954, considerado como el automóvil que define la entrada del “Biscione” en la era contemporánea del automóvil. Por primera vez, se recurría a la fabricación en serie, en lugar de la producción artesanal de los primeros años y se trabajaba en coordinación con carroceros de renombre, como Bertone o Ghia desde el inicio del proyecto y no a posteriori, una vez ensamblado el chasis. Además, abandona la nomenclatura numérica que se había utilizado hasta la fecha para elegir un nombre evocador: Giulietta.

Además de por su estética, el Alfa Romeo Giulietta Sprint rompió moldes por su estrategia comercial. Por primera vez, la marca italiana lanzaba una familia de automóviles empezando por la versión deportiva y no por la berlina que debía ser, a priori, la silueta con mayores ventas. La decisión se debió tanto por el llamativo diseño del estilista de Bertone Franco Scaglione, como por su motor original de 65 CV, que resultaba algo ruidoso para una berlina pero cuya sonoridad era ideal para un coupé como el Sprint.
Con más de 163.000 unidades vendidas en sus distintas variantes, el Alfa Romeo Giulietta fue un modelo clave para cimentar el éxito de la marca durante los años del “Milagro Económico”. Supo conquistar a una clase media-alta emergente por aquellos años, que lo convirtieron en sinónimo de la “dolce vita” y la elegancia del diseño italiano.
Al mismo tiempo, Alfa Romeo también puso en su punto de mira segmentos más populares. Con el fin de llevar el automóvil al mayor número posible de ciudadanos, firmó un acuerdo con Renault, también entonces en manos estatales, para fabricar el Dauphine, un modelo compacto y urbano de 4 plazas en Italia. Nacía el Alfa Romeo Dauphine, que tuvo un gran éxito, sobre todo en las ciudades del norte del país. En total, se comercializaron 73.000 unidades de este modelo entre 1959 y 1964.

En proyecto desde hacía casi 20 años, la marca dio un salto tecnológico con el lanzamiento del Alfasud en 1971, el primer Alfa Romeo con tracción delantera. La marca del Biscione” salía, por primera vez, de su feudo tradicional lombardo para iniciar la producción de automóviles en el sur de Italia. A iniciativa del Gobierno Italiano, en 1968 abría sus puertas la factoría de Pomigliano d’Arco, en el área metropolitana de Nápoles, que se acabaría convirtiendo en la actual planta Giambattista Vico de Stellantis. Diseñado por Giugiaro, el Alfasud no solo fue un éxito comercial, sino que también demostró la capacidad del “Biscione” para adaptarse a las nuevas tendencias del mercado, adelantándose en un lustro a sus rivales al definir las características de las berlinas compactas del segmento C. De este revolucionario modelo surgiría una versión deportiva, denominada Sprint.
La saga de los compactos de Alfa Romeo continuó con modelos como el Arna, desarrollado en colaboración con Nissan, el 33, y más tarde los 145, 146 y 147, que mantuvieron viva la esencia deportiva de la marca. En años más recientes, el MiTo y la Giulietta han sido los representantes de este segmento, combinando diseño italiano, tecnología avanzada y un rendimiento excepcional.

Heredero de modelos tan legendarios como las distintas generaciones del Giuletta o audaz MiTo de 2008, el Alfa Romeo Junior cuenta con todo el ADN deportivo y estético del “Biscione”, con elementos como su cuadro de instrumentos “Cannocchiale” y su frontal inspirado en modelos clásicos de la marca, en el que no faltan ni la calandra triangular ni una reinterpretación del trilobo. Sus tres luces LED delanteras a cada lado de la rejilla son un guiño a deportivos como los SZ y Brera. Su nombre tiene una larga y exitosa historia en el seno de la marca, iniciada con el GT 1300 Junior de 1966.
En la categoría de los SUV compactos, el Alfa Romeo Junior sobresale por ofrecer una gama amplia y diversa. En su elenco de versiones, hay alternativas para los amantes de la conducción todoterreno, con el Junior Ibrida Q4, para los que buscan deportividad y prestaciones, con el Elettrica Veloce de 280 CV, además de motores pensados para disfrutar de todo el ADN dinámico del “Biscione” en el día a día, como los Ibrida y Elettrica. Todas ellas comparten un interior espacioso y confortable y un maletero de 400 litros, el más amplio de su segmento.
Estéticamente, el Alfa Romeo Junior destaca por su espectacular diseño exterior, que incorpora elementos de los SUV, los deportivos y los coupés. Desde la primera mirada, irradia elegancia y deportividad. Su estilo es icónico, con líneas fluidas y una parrilla que recoge toda la tradición dinámica de la marca. Con su innovadora arquitectura, logra una auténtica cuadratura del círculo: conjugar aerodinámica, eficiencia y prestaciones con espacio interior, personalidad propia y respeto al medio ambiente.