Los descapotables son para el verano: 125 años de historia de los cabrios de Opel

Para muchos amantes del automóvil, la llegada del buen tiempo es sinónimo, de carrocería descapotable. Cabrio, Torpedo, Spider, Roadster… todos estos apelativos han tenido su hueco en los 125 años de historia de Opel, en la que se han sucedido modelos y versiones que han dejado su huella en la historia y que son piezas muy codiciadas por los coleccionistas. de vehículos clásicos.

En los primeros tiempos de la marca, puede decirse que todos los Opel eran descapotables, pues se fabricaban y comercializaban sin techo de ningún tipo, como el pionero Opel Patentmotorwagen System Lutzmann, con el que la marca recorrió los primeros kilómetros de su aventura automovilística en 1899.

Sólo una década después, la firma de Rüsselsheim lanzó su primer modelo con un éxito masivo, el Opel 4/8, más conocido como “Doktorwagen” Fabricado pensando en conductores de clase media, profesionales liberales como los médicos y pequeñas empresas, era una biplaza. pequeño y manejable con un techo de lona que podía plegarse o desplegarse en función de la meteorología. Propulsado por un motor de 1029 cm3 y cuatro cilindros refrigerado por agua, desarrollaba 8 CV y ​​podía alcanzar los 60 Km/h. Se promocionaba como un coche fácil de conducir y mantener con el que no se necesitaba chófer.

El centenario Opel Laubfrosch, primer automóvil alemán fabricado en serie y todo un éxito para la marca, entró en la historia como un vehículo de dos plazas con carrocería torpedo y techo de lona. A lo largo de su vida comercial, llegaron versiones berlina y limusina con más asientos, pero con el rasgo común de ser descapotables.

Otro tanto sucedió con las versiones “Tourenwagen” del Opel 10/40 PS, comercializado también a finales de los años 20: tanto sus versiones de 4/5 plazas como las alargadas de 6/7 plazas se entregaban con techo de lona. Gracias a la fabricación en cadena iniciada por el Laubfrosch, se convirtió en un modelo con dimensiones y prestaciones de lujo a un precio relativamente asequible.

El mismo impulso fue aprovechado por el Opel 7/34 CV. Con una versión Tourenwagen para 4 pasajeros, fue el 6 cilindros más económico en el mercado alemán entre 1927 y 1930 y con nada que envidiar a sus rivales más caros. También el Opel 1.8 litros (1931-33) contó con siluetas Touring y Cabriolet.

Con el Opel 2 Litros, también conocido como “Opel 6”, el Blitz se adentró con decisión en el mundo del lujo ofreciendo, entre 1934 y 1937, versiones cabriolet, cabrio-limusina (con los pilares y las ventanillas de la versión berlina) e incluso Landaulet (con techo rígido en la fila delantera y de lona en las traseras.

En 1938, el Opel Käpitan fue la última gran berlina de Opel desarrollada y lanzada antes de la Segunda Guerra Mundial. Su oferta incluía, hasta 1940, unas espectaculares versiones cabrio de dos plazas en las que se contó con la colaboración de los carroceros Gläser y Hebmüller. Desgraciadamente, no hubo continuidad después del conflicto.

Casi cuatro décadas después, el Salón de Ginebra de 1976 vio la presentación del Opel Aero Kadett, en el que se contó con la ayuda de Karroserie Baur. Con techo de tipo targa totalmente separable, es una versión muy buscada por los coleccionistas.

Aunque no contó con una versión descapotable en su catálogo, la idea de ver en las calles un Opel Corsa Cabrio estuvo revoloteando durante algunos años por distintos departamentos de la marca e, incluso, carroceros externos. Ya en la presentación de este modelo en el Salón de Ginebra de 1982, se mostraron varios conceptos que jugaban con un Corsa descapotable. Internamente, la Planta de Zaragoza trabajó intensamente en una versión de cuatro plazas y techo de lona que estuvo muy cerca de fabricarse. Por su parte, Irmscher lanzó el Corsa A Spider GL en 1986, que transformó en sus propias instalaciones en Alemania.

En 1987, el Opel Kadett Cabrio llegó a los concesionarios con una configuración biplaza creada en colaboración con Bertone. También se comercializó en Brasil bajo la marca Chevrolet.

Con la llegada del siglo XXI se vivió toda una explosión de descapotables Opel. Entre 2000 y 2005, el Opel Speedster, en alianza con Lotus, trajo adrenalina y sensaciones a la gama. Se trataba de un roadster biplaza de 200 CV con una velocidad máxima de 242 Km/hy capaz de pasar de 0 a 100 Km/h en sólo 4,7 segundos.

Entre 2004 y 2009, la segunda generación del Opel Tigra tomó la forma de un coupé biplaza descapotable con techo rígido, desarrollado con el especialista francés Heuliez. Finalmente, el Opel Cabrio, conocido en otros países como Opel Cascada, ha sido el último eslabón de la larga saga de descapotables de la marca del rayo. Basado en el Opel Astra J, incluye techo de lona y una configuración 2+2.

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